Es imposible reprimir la emoción cuando el hashtag de un tweet que hemos publicado, se convirtió en viral y aumentó los retweet de nuestra publicación o cuándo nuestro reels se ha reproducido por millones de usuarios y disparado su número de interacciones. Sin duda, es un contenido que ha funcionado y todas las estrategias se han alineado a nuestro favor ¿Pero, es esto una casualidad o causalidad? Estamos realmente entendiendo qué pasó y cómo recrearlo, ¿o solo probamos a la suerte de los algoritmos?
Llevar la medición del rendimiento de nuestras cuentas es lo que permite que veamos estos grandes resultados o hitos como el conjunto de aportes muchos más grandes que solo la tendencia. Saber cómo, por qué y cuándo es súper relevante para replicar esa estrategia o innovar probando nuevas que den mejores resultados.
Incluso cuando algo no funciona, son estos números los que nos permitirán entender si fue nuestro contenido, el formato publicado, el horario de publicación o incluso el verdadero impacto que tuvo. Porque sí, dependiendo del objetivo de publicación serán más relevantes un tipo de interacción más que otra o dependerá también de qué tanto alcance e impresiones podrán tener.
Continuemos con lo primordial
Métricas de redes sociales son el número de seguidores y los ‘me gusta’ que reciben tus contenidos, por supuesto. Pero también el engagement, las conversiones o el sentimiento.
La razón es que decimos que se está haciendo un buen trabajo en redes sociales cuando se están alcanzados los objetivos marcados. Es decir, tiene que haber una estrategia detrás. De cada copy, de cada creatividad, de cada story…
Por ejemplo, que un tuit consiga 100 retuits no es importante si el objetivo pasa por convertir un tanto por ciento de los seguidores en clientes, y resulta que ninguno de ellos ha dado el paso (no ha comprado lo que se le ofrecía). Otra cosa es que alcanzar esa cifra de retuits genere satisfacción.
¿Y cuáles son esos objetivos? ¿Ganar audiencia, vender más, mejorar la imagen de marca? Una buena forma de identificarlos es la regla SMART. Sus siglas se corresponden, en inglés, a las características que debe tener un objetivo: específico (S de specific), medible (M de measurable), alcanzable (A de achievable), realista (R de realistic) y limitado a un período en el tiempo (T de time-bound).
Por ejemplo, tener más seguidores no es un objetivo adecuado o, al menos, no uno que puedas escribir en la propuesta de una campaña de marketing. En cambio, aumentar el 50 % las interacciones en Instagram en el plazo de 6 meses, sí es SMART.
Alcance
También llamado potential reach, mide las personas que han visto un contenido, o mejor dicho, las personas que en algún momento lo han tenido en sus pantallas. Puede ser que les haya llamado la atención o que, por el contrario, lo hayan pasado por alto al hacer scroll.
Impresiones
Similar al alcance, solo que también tiene en cuenta las diferentes ocasiones en que una misma persona (usuario) ha visto el contenido (le ha salido en pantalla).
Las impresiones son relevantes para calcular el CTR o Click Through Rate, esto es, el porcentaje de clics sobre el número de impresiones. O lo que es lo mismo, para averiguar si un contenido es atractivo y está bien segmentado (lo recibe quien puede tener interés en él).
Engagement
Suena bien, ¿verdad? Engagement se refiere al número de interacciones. Es decir, a los likes, retuits, shares, comentarios, etc. que recibe un contenido. Se trata de una métrica muy importante porque, de un vistazo, muestra si ese contenido es interesante o si la marca aporta valor a sus seguidores.
Este dato se suele visualizar con el engagement rate, que puede medirse tanto en función del alcance como de los seguidores.
Menciones
Otro modo para detectar si eres relevante en redes sociales es echarles un vistazo a las menciones. ¿Hablan de ti? Auque también sirve para comprobar el efecto contrario: ¿los comentarios son negativos? Al igual que con los seguidores, esta métrica es interesante tanto en cantidad como en calidad. Porque si por ejemplo vendes ropa femenina, no es lo mismo que te mencione un usuario desconocido a que lo haga Sarah Jessica Parker, ¿verdad?
Conversiones
Para las redes sociales de un ecommerce, esta es, quizá, la métrica más importante. ¿Cuántos seguidores compran finalmente el producto que busca promocionar una campaña en social?, ¿cuántos se convierten? Con este dato en la mano, es fácil calcular el ROI o retorno de la inversión, es decir, la cantidad de dinero recuperada después de lanzar la campaña.
Sentimiento
Esta es otra métrica de redes sociales bonita, como el engagement, pero que no puede ser medida en cualquier plataforma de forma tan fácil y se refiere a las emociones que genera un contenido en su audiencia. ¿Les gusta?, ¿les causa expectación?, ¿están como locos de alegría? O, por el contrario, ¿les disgusta?, ¿genera enfado?, ¿no paran de quejarse?.
El sentimiento, que se mide con herramientas de inteligencia artificial, resulta muy útil para conocer la imagen que está transmitiendo una marca y si sus productos y servicios cumplen las expectativas.
Ahora que ya conoces cuáles son las métricas de redes sociales en las que debes fijarte para saber si tu estrategia funciona o deberías mejorarla, es el turno de hablar de las herramientas. Está bien saber qué tienes que medir, pero ¿con qué? Todas las redes sociales cuentan con sus propias herramientas de análisis, las llamadas nativas. Son Facebook Analytics, Instagram Insights, Twitter Analytics…
Siempre puedes probar y experimentar hasta dar con la que mejor se ajusta a tus necesidades. Además, no te límites a ver cómo lo estás haciendo tú; también te puede interesar cómo le va a tu competencia. Y, recuerda, la métrica de redes sociales que más te interesa para saber si lo estás logrando es la que se ajusta a tus objetivos y deberás medirá en comparativa a través del tiempo.